jueves, 11 de junio de 2015

A shining star

Cuando surgen las ganas de escribir simplemente lo hago y ya. No se trata de cumplir un mínimo de palabras mensuales; pero, qué publicar? no sé, finalmente es mi espacio y creo que lo que pretenda poner en este sitio está bien. Algunas veces las personas publican cosas como sus sueños; es más, hay quienes dicen que las historias más extrañas y/o extraordinarias surgieron a partir de el sueño de alguien. 





Lejos de este planeta, vivía una persona. La única persona viva fuera de aqui, había logrado pasar la nebulosa de la media luna. No tenia noción de días, no existían días en ese lugar... Era una vista permanente de estrellas  y el tiempo transcurría para él sin lograr envejecer. Su cuerpo se había vuelto auto suficiente sin depender de ningún tipo de alimento. Trató muchas veces de abandonar ese trozo de roca porosa en el que se encontraba, pero era inútil. 



En sus intentos por dejarse llevar en ausencia de la gravedad, había algo que lo hacía girar en espiral y volver al mismo sitio. Era frustrante para él el saber que estaba siendo absorbido por algo y sin poder experimentar ninguna clase de vértigo. Desilusionado ya y resignado a seguir explorando el universo, se dio cuenta de que quizá algún otro ser se toparía con él y tal vez lograrían intercambiar gestos y tener así acceso a algún lugar distinto. Una de las veces que dormía, fue despertado por algo que lo dejó confundido... a lo lejos logró ver la sonda espacial Voyager. Al verla supo que su situación era un caso perdido, ya que por la velocidad de éste habrían pasado ya millones de años y se encontraba sólo en el abismo del espacio interestelar. La pregunta es: cómo había llegado ahí? Intentó enviar señales de vida a la tierra, pero sabía que en su época muy pocas personas estaban al tanto de dicha sonda, y era más que lógico que en ese momento nadie recibiría sus intentos de comunicación. 




Dentro de sus pensamientos, se cuestionaba por qué no podía experimentar la sensación de tener frío o calor en su cuerpo. Pensaba: Estaré muerto? Quien me transportó hasta aquí? Por qué soy sólo yo? o será que acaso alguien me eligió para explorar el universo? Siguió pues en la espera de sus respuestas, ahí aguardando en el trozo de roca que lo sostenía mientras las luces multicolor pasaban ante sus ojos. Algunas veces veía cómo fragmentos de rocas de distintos tamaños pasaban a su lado y seguía esperanzado de que algo o alguien estaría a bordo de una de ellas, como él. 

Divagando comenzó a recordar su vida, colores, sabores y olores y a relacionarlos con lo poco que tenia a la vista. Se imaginaba cómo sería el aire estelar si existiera, a qué le recordaría o qué le provocaría sentir, si habría algo expedido por el universo que tuviese una consistencia similar a la de un fruto o cualquier otro alimento. Se decidió de pronto a cerrar los ojos y expandió sus brazos y esperó a que aquella nebulosa lo devorara, tal ve ahí estaba el secreto y el fin de sus dudas. Al entrar ahí abrió los ojos y estaba rodeado de colores mezclados, conforme atravesaba aquella nube multicolor, quería y estaba ansioso por llegar al otro lado... aquello parecía no tener fin pero no perdía la esperanza de que al final de ese lugar encontraría una lugar especial. Miró entonces que el fondo con ausencia de color se acercaba, fue entonces que cerró los ojos de nuevo y esperó sin miedo.



Cuando abrió los ojos estaba profundamente tranquilo sintió que ese era un lugar seguro. Algo lo dejó atónito, no era posible!, esa nueva dimensión estaba llena de luces que tenían el mismo volumen que él, eran intensas y blancas; parecían transmitir quietud al entorno y al centro había un planeta que sin dudarlo se decidió a alcanzarlo. Una de las luces, se acercó y parecía resguardarlo mientras avanzaba. Logró ver una figura en aquella luz, la miró fijamente y quedó sin aliento. Escuchó un murmuro, un murmuro que le recordó a alguien que estimaba mucho. Supo que era entonces el lugar adecuado para quedarse. Se sentó a mirar toda la nueva atmósfera que lo cubría a él y a todas esas luces. Adoptó su nuevo entorno además de transformarse en una de las miles de estrellas que rodean las infinitas extensiones del universo. 








Mew - Satellites